Ausente
Los desnudos y acariciados pies rebasan la tibia agua
De donde pasan los apuñalados guerreros nostálgicos
Llenos de amor y despedazados por la vergüenza
No muevas la sustancia raquítica de tus besos ajenos,
No presiones las mejillas cansadas de los viejos amigos.
Levanta los puños dormidos que están bajo la luna,
Acaricia el llanto musical del piano maestro;
Que el regocijo de los cantos nuevos apenas empieza.
Maltratada ya te encuentras, y abrumada esta tú sombra
Por la alocada carrera de tu vida.
Por cierto a donde corres cuando yo no estoy?
Que predicas con tu amargo dolor?
No te enfades, la tierra simula discreción.
Ahuyenta los reptiles cómodos de tu conciencia
Y manifiéstate con tu algarabía de mujer.
Apuñalados por la espalda ya caminan hacia el lugar
Y continuos son los pasos de tu peregrinación
Hacia las casas de los claveles muertos por tu ausencia,
Conocidas son las rutas hacia tu crueldad infinita;
Que arrastran la contundente amargura del mundo.
Te acordaras de mi cuando no exista el desierto
Y en una noche más despertaras cansada de tus sueños,
No inquietes tu multitud de raptores con tu falsa penumbra
Se encuentran amarrados y los nudillos son como escoria;
Perpetra el torcido y abundante lecho de los hombres.
16/Julio/2004
De donde pasan los apuñalados guerreros nostálgicos
Llenos de amor y despedazados por la vergüenza
No muevas la sustancia raquítica de tus besos ajenos,
No presiones las mejillas cansadas de los viejos amigos.
Levanta los puños dormidos que están bajo la luna,
Acaricia el llanto musical del piano maestro;
Que el regocijo de los cantos nuevos apenas empieza.
Maltratada ya te encuentras, y abrumada esta tú sombra
Por la alocada carrera de tu vida.
Por cierto a donde corres cuando yo no estoy?
Que predicas con tu amargo dolor?
No te enfades, la tierra simula discreción.
Ahuyenta los reptiles cómodos de tu conciencia
Y manifiéstate con tu algarabía de mujer.
Apuñalados por la espalda ya caminan hacia el lugar
Y continuos son los pasos de tu peregrinación
Hacia las casas de los claveles muertos por tu ausencia,
Conocidas son las rutas hacia tu crueldad infinita;
Que arrastran la contundente amargura del mundo.
Te acordaras de mi cuando no exista el desierto
Y en una noche más despertaras cansada de tus sueños,
No inquietes tu multitud de raptores con tu falsa penumbra
Se encuentran amarrados y los nudillos son como escoria;
Perpetra el torcido y abundante lecho de los hombres.
16/Julio/2004